Don Pablo, un llanero que de niño sufrió la historia de violencia entre liberales y conservadores de nuestro país. Una experiencia que lo marcó profundamente y lo llevó a explorar oportunidades de vida diferentes a las que encontraba en su región. Se formó en una escuela agropecuaria, vivenciando las anécdotas y las dificultades que sólo un niño del campo, humilde y valiente, conoce. Sus habilidades en las matemáticas, las cuales usaba muy bien para vencer a sus compañeros en el juego del Mararay, y su capacidad para entrar y salir ingeniosamente de las adversidades lo llevaron por el camino de la enseñanza. Como buen llanero primero compartió y entregó sus conocimientos a niños y a jóvenes de las Escuelas normalistas de su región, quienes lo apodaron "Trapito", un personaje de caricatura delgado y setentero de la época. Luego, las oportunidades de una gran ciudad llegaron a su vida. En Bogotá, selló su camino como educador. Culminó sus estudios postgraduales que complementaron su Licenciatura en Matemáticas y se dedicó a la enseñanza de esta asignatura tan temida, pero que él, con su personalidad jocosa, amistosa y divertida entretuvo a miles de estudiantes del Distrito. Su carrera de más de 20 años de enseñanza y su habilidad innata de emprendedor lo llevaron a fundar el Colegio Lepanto, un proyecto de vida que le ha dado la oportunidad a Jóvenes y a Adultos con dificultades sociales y económicas de terminar sus estudios de bachillerato. Ahora esos cientos de egresados que tienen una mejor calidad de vida y un mejor futuro son la inspiración para continuar trabajando. Ni la Pandemia del COVID-19 lo detuvo, el 24 de diciembre de 2020 fue abrazado por esta enfermedad, veintidós dos días en la UCI, no vencieron sus deseos de vivir, después de seis meses aprendió a hablar, a comer y a caminar nuevamente, como sólo podría hacerlo alguien con la fuerza mental y física para seguir sus sueños. Así, que esta es la historia de Don Pablo, el Rector del Colegio Lepanto, un hombre incansable dedicado y comprometido con todos aquellos que encuentren en él un espejo para mejorar sus condiciones de vida. Su ejemplo de perseverancia, convicción, generosidad, esperanza y valentía, son los valores que encontrarán en Lepanto y que les acompañará para alcanzar sus sueños.